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Conforme fue concebida cuando fue creada por la Ley No. 40 de 1 de diciembre de 2005, la Universidad Marítima Internacional de Panamá (UMIP) está llamada a tener un liderazgo en la formación de los profesionales y técnicos que demandan el clúster marítimo nacional, la flota mercante bajo bandera panameña y el desarrollo del país como centro logístico regional.

Cambios beneficiarían a los estudiantes, la UMIP y al país.
Su ley constitutiva le otorga el mandato para que desarrolle “programas e innovaciones tecnológicas y científicas de vanguardia (y) la competitividad dentro del sector marítimo nacional, regional e internacional”. Asimismo, es uno de sus objetivos fundamentales, “fortalecer la cultura marítima para lograr el desarrollo del sector marítimo” a través de la capacitación de los recursos humanos que reclaman el Canal, el sistema portuario, las industrias marítimas auxiliares y la explotación de los recursos costeros.
En vísperas de la renovación de su personal directivo (rectores y decanos), la Universidad Marítima enfrenta un diferendo que ha reclamado la intervención de su Consejo Superior, el cual – en virtud de su Ley Orgánica (Ley 81 de 8 de noviembre de 2012) – “es el máximo órgano de consulta y decisión de la UMIP…” Presidido por la Ministra de Educación, Ing. Marcela Paredes, en el Consejo están representados todos los actores del sector marítimo panameño y la Contraloría General de la República.
Ante las denuncias sobre presuntas irregularidades y favoritismos en el proceso electoral, el Consejo Superior decidió por unanimidad posponer las elecciones para realizar los ajustes necesarios, de manera que haya una amplia participación de candidatos calificados y transparencia en el proceso. Conforme lo establece el estatuto orgánico de la UMIP, la elección de rector y decanos se realiza mediante el voto ponderado del personal académico (50%), los estudiantes regulares (25%) y el personal administrativo (25%).
Ese esquema es cuestionado por quienes consideran que facilita prácticas clientelistas, distrae al estudiantado de su actividad académica regular para involucrarlo en una improductiva campaña proselitista de los aspirantes, así como a personal administrativo de sus funciones regulares. Esos mismos críticos consideran que, aparte de distraer de tiempo productivo a la comunidad universitaria y poner en riesgo el ambiente de camaradería que debe prevalecer en el campus, no siempre se elige al mejor candidato ni la competencia resulta equitátiva.
En las principales universidades del mundo, incluidas aquellas del grupo Ivy League de los Estados Unidos como Harvard, Princeton, Columbia, Yale, Pennsylvania y Cornell, los rectores son escogidos por juntas de síndicos o de gobernadores, luego de un escrupuloso proceso en el que participan aspirantes del más alto nivel. En la Universidad Marítima Mundial de Malmo, Suecia, que funciona bajo la Organización Marítima Internacional (OMI), la selección la realiza la Junta de Gobernadores en base a recomendaciones, luego de entrevistas y hasta exámenes sicológicos. En las las otras 5 universidades marítimas que hay en los Estados Unidos, las designaciones de rectores las hacen sus respectivas Juntas de Gobernadores.
Si hay actividades que en Panamá se realizan bajo los parámetros del primer mundo, ellas son la marítima y logística. Si bien el proceso electoral de la UMIP debe seguir su curso conforme lo ha decidido su Consejo Superior, la Cámara Marítima de Panamá considera oportuno revisar el sistema de elección del rector y los decanos de ese centro de estudios superiores, para adecuarlo a los mejores estándares internacionales. Sería la fórmula para colocar a la Universidad Marítima en manos de los más calificados, y que esta cumpla a plenitud los objetivos que inspiraron su creación. Y, aprovechando su décimo aniversario en 2015, hacer un profundo examen sobre sus fortalezas y debilidades, para realizar los ajustes necesarios a fin de que alcance el nivel de excelencia deseado.